¡Querida Hannah! Agradezco tu postal. Me encanta, ¡ya tengo un original! ¿No te gustaría intercambiar más seguido tus trabajos por obras Merz? Estaría agradecido. Hoy es noche Mynona. Espero que le vaya bien. Mynona ya te contará. Qué mal que no puedas venir. Escribime cuando tengas tiempo. Te voy a volver a enviar algunas cartas con Mynona. Tomate tu tiempo, eso sí, supongo que te vas a ocupar. Cuando puedas. Son para: Twardi, Sturm, Eggeling, Gabo, Hänschke, Mynona y para ti.
¡Querida Hannah! ¡Querida Hannah! Son tiempos piojosos. Pero a mí nadie me cree. Yo, por lo menos, estoy lleno de piojos y es por culpa de los tiempos. Vendeme libros, conseguime suscriptores; de lo contrario, “tu trenza de ladrillo se romperá” (Arp). Todavía falta para que nos muramos de hambre. Mis más sinceros saludos y un beso. Kurt
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