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Wassily Kandinsky, Franz Marc,
August Macke, Arnold Schönberg

El jinete azul

2022, 128 pp.

isbn: 978-987-48649-2-5

"El jinete azul se nos ocurrió mientras tomábamos un café en la glorieta de la finca de Sindelsdorf. A los dos nos encantaba el azul. A Franz Marc, los caballos; a mí, los jinetes. Así nació el nombre, casi por sí mismo. Ese día el fantástico café de la señora Marc nos pareció aún más rico”. Kandinsky recrea el momento fundacional de El jinete azul a partir de ese recuerdo. 

El jinete azul, en un principio, sólo fue un nombre en un cartel que anunciaba una exposición en la Galería Thannhauser de Múnich el 18 de diciembre de 1911, un evento en respuesta a la Exposición anual de la Asociación de Nuevos Artistas de Múnich, que Kandinsky y Gabriele Münter habían fundado y a la que no tardaron en abandonar por la polémica en torno a la Composición V de Kandinsky. Ese acontecimiento se convirtió en la fuerza impulsora detrás de una publicación que se adelantó a su tiempo: El jinete azul. Así se bautizó al ambicioso libro de artistas que Kandinsky y Marc editaron en 1912. Además de sus textos, también incluía otros de Macke y el compositor vienés Arnold Schönberg. La publicación se convirtió en un éxito. 

La figura del jinete, además, proviene del caballero San Jorge, quien se enfrenta y mata a un dragón. Para los miembros originales de El jinete azul (Wassily Kandinsky, Franz Marc y Gabriele Münter), esa lucha entre el bien y el mal simbolizaba la misma lucha del nuevo arte contra el obsoleto.


Para Franz Marc: “La impresión que deja el libro es fabulosa. Me sentí muy afortunado de verlo terminado. Nos encontramos en el umbral de una de las épocas más grandiosas que ha vivido la humanidad, la era del gran espíritu...”.


Y es que con el tratado De lo espiritual en el arte, Kandinsky argumenta que la forma externa de los objetos reales es accidental, mientras que su sustancia espiritual es eterna: “La línea es una cosa como lo es una silla. Así que cuando una línea en un cuadro se libera del propósito de designar un objeto, su sonido interior no se atenúa por ningún aspecto secundario y adquiere toda su fuerza. Uno no debería hacer de la forma un dios. Lo más importante no es la forma, la materia; sino el contenido, el espíritu”.

Con El jinete azul buscaron el espíritu en el simbolismo animal, en los motivos caballerescos y las formas abstractas. Los límites entre criatura y naturaleza se desdibujaron, lo real se disolvió en un sueño universal y vital. Franz Marc creó íconos animales y Kandinsky inventó formas asombrosas cada vez más salvajes, libres; ambos con el objetivo de liberar las figuras y la realidad pictórica. El término abstracción se convirtió en una palabra mágica:

“No queremos vivir como felices herederos del pasado. La herencia se consumió. Decimos 'no' a los grandes siglos… Lo conseguiremos en la medida en que superemos el logos que procede de milenios en creación artística”.

Sin embargo, el futuro que Marc soñaba no se hizo realidad. En lugar de la "época del gran espíritu" vino la Primera Guerra Mundial. Kandinsky tuvo que abandonar Alemania. Gabriele Münter también se marchó. Marc se enlistó inmediatamente como voluntario y murió en 1916. Macke fue reclutado y también murió unas pocas semanas después, en septiembre de 1914. Para agosto de 1914, El jinete azul prácticamente había desaparecido.

Lo que quedó es esta publicación: un libro de culto del arte moderno. Con las exposiciones itinerantes por Europa Central que organizó la galería Der Sturm, se convirtió en un éxito internacional. Quizá hasta el día de hoy perdura la amplitud y el colorido de su perspectiva artística tan singular.

“Cuanto más profundo se vuelve el azul, más profundo es el llamado de las personas al infinito. Despierta en ellas un anhelo por lo puro y, finalmente, por lo sobrenatural. Es el color del cielo.” Kandinsky

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