Hubiera estado satisfecho con una cárcel. Terminar como un preso… podría considerarse una vida con sentido. Pero estaba en una jaula. Indiferente, autoritario, como perro por su casa, el ruido del mundo exterior inundaba la jaula por entre los barrotes; de hecho, el prisionero estaba libre, podía participar de todo, no se perdía nada de lo que sucedía afuera; incluso hubiera podido abandonar la jaula, entre los barrotes había metros de distancia; ni siquiera estaba preso.
- Buchwald