Ustedes me dirán: “pero si Holanda no es dada”. Holanda no carece tanto de estilo como Alemania. ¿No? Pues se equivocan. También Holanda es dada, y nuestro público intenta demostrar que Holanda es mucho más dadaísta que Alemania.
Lo que pasa es que Holanda todavía duerme, mientras que Alemania ya sabe que carece de estilo. Por ejemplo, viajo en la primera clase de un tren y atravieso aquellos poéticos campos llenos de molinos de viento mientras debajo se almacena la mierda de los baños y sobre nosotros, por los aires, viaja el correo postal. Eso sí que es tensión. Desde el tren en movimiento envío un telegrama a un empresario en los Estados Unidos mientras un caniche le ladra a la luna. Vi cómo una carreta tirada por perros chocó con un automóvil. Ven, eso es Dada. Por ejemplo, tengo una pistola de juguete, la cargo abriendo la culata. Puede hacer 300 disparos por segundo, y en Helder hay una base militar con cañones inmensos. ¿Las tensiones espirituales? Aquí en Holanda, como en cualquier otro lugar, viven hacinados como buenos miembros de una comunidad, anarquistas, socialistas, monarquistas, impresionistas, expresionistas, dadaístas. ¿Y la belleza, por decir algo, el arte? ¿Dónde encontramos sus rastros? Kijk eens, por ejemplo, las casas están para ser habitadas. Las casas no son columnas publicitarias. Sin embargo, una casa con la fachada desnuda es una casa en calzoncillo. Y aquí, como en Berlín, se adornan los calzoncillos de las casas con publicidad. ¿Eso es bello? o ¿qué? Es dada si un hombre lleva anuncios dadaístas en su calzoncillo... ¿O acaso una casa es un pastel de carne?, si lo lleva escrito en la fachada, tiene que ser así. ¿No es una locura decirle a una casa, un inmueble del que sabemos con seguridad que no es carne, como nosotros, sino piedra y metal, pastel de carne? Para mí es una idiotez. Una casa no es un pastel de carne, y quien escribe o pone publicidad en sus paredes, ese sí es un pastel de carne, está equivocado o quiere hacernos pasar por tontos. Yo se los confirmo, sus casas son generalmente dada; rara vez, son pasteles de carne. La publicidad es el signo de nuestra época. Nuestra época es objetiva, práctica; subjetiva y no práctica, según sea el caso. ¿O no? Nuestra época permite que la publicidad se propague a costa de la belleza. A todo esto habría que agregarle, consciente o inconscientemente, el kitsch. En Ámsterdam vi un lunchroom decorado con estalactitas, como si fuera una caverna. La verdad es que me pregunto: “¿por qué?”. ¿Acaso los habitantes de Ámsterdam consideran elegante una caverna con estalactitas? ¿Sí? Entonces tengo razón al afirmar que el estilo de Ámsterdam es la carencia de estilo. Y es que eso es dada. Como en Berlín. Y si se hace una caverna con estalactitas, ¿por qué ponerle espejos enormes para que dé la impresión de ser infinitamente grande? Esa pequeña habitación en Ámsterdam que dice “el mundo es un lunchroom infinito en forma de caverna con estalactitas”, esa pequeña habitación, es completamente dada. Y si en esa habitación con estalactitas dejaran crecer flores y enredaderas, de modo que uno podría estar sentado en una caverna oriental con estalactitas, entonces decoraron a lo dada. Como quien dice, dada hors d’œuvre varié. ¿O una botella de agua Emser en el techo de una casa tiene estilo? Para mí, ni siquiera es una botella, es demasiado grande para serlo. Además es un desperdicio poner agua con gas en un techo y no en una mesa. Me van a tener que disculpar, yo, por ejemplo, pienso que algo así es publicidad. Si buscan arquitectura objetiva y buena, sólo tienen que tomar la lijn drie y bajarse en la última estación, van a ver el Papaverhof y la Kliemopstraat. Un oasis en un desierto de arquitectura mal interpretada. Esas son las casas que crecen con la conciencia de estar determinadas por su material y su tiempo, tal como una flor crece y florece. Las flores siempre son hermosas. ¿Alguna vez vieron una violeta hacer publicidad para el jardín botánico?
Fragmento de Mertz: 1923-1924, Buchwald Editorial.
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