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  • Buchwald

Hugo Ball: Carta a Tristan Tzara, 15.09.1910

Ascona, 15 de septiembre de 1910


Estimado señor Tzara,


¿Sigue vivo o ya lo apuñalaron en Dobruja? No tome a mal que lo haya hecho esperar tanto, pero estoy trabajando de operador de largos aparatos fraseológicos. Siempre que a uno se le mete algo en la cabeza, se vuelve un poco loco.


Ahhhh, qué pena que no haya podido ver mis últimas demonologías. ¡Qué miserable es usted!


Pero cuénteme: ¿qué hay de nuevo en Zúrich? Me llegó un paquete de la Aktionen: “Und daß der nächstverwandte Gott uns hebt wie hemmt” [Y que el dios más afín nos eleve tanto como nos contenga]. El señor Rubiner, esa garrapata, me cagó a pedos. ¡Ñe ñe ñe ñe ñe ñe ñe! Madame me contó que el señor Apollinaire escribió algo sobre nosotros. ¿Tiene el artículo? ¿Me lo dejaría ver? ¿Ha escuchado algo sobre París? ¿Y el libro de Hülsenbeck? ¿Por qué no pudo callarse y no contarme?


¿Y usted qué hace? No, por favor, nada de traducciones. Tengo horror. Ahora tengo otro sistema. Quiero hacerlo de otra manera. Me he vuelto mucho más desconfiado. Declaro que todo expresionismo, dadaísmo y otros mismos son la peor burguesía. Todo burguesía, todo burguesía. Mal, mal, mal. Dirán que trabajaban con madera, arena, papel porque no les alcanzaba la plata para comprar pintura. Y dirán, pero si les fue bien. ¿Música de negros? ¡Música de cafres! ¡ O lalalalalalalalala!


Posibilidad: reacción. Pero me agarra un placer hasta ahora desconocido en “trabajar”. En escribir. Quiero escribir una novela sobre hormigas. Precisa y fantástica. Taaaantas individualidades en un espacio tan chico. Cosas por el estilo. ¿Qué hay en Zúrich? ¿Cómo pinta? Johannes R. Becher le agradece por el Antipyrine. También Wieland Herzfelde. En cartas que nos mandamos. Pero usted sabe más de Alemania que yo. No escribo mucho a esos lugares. Herzfelde dice que en el número de septiembre escribió sobre el Cabaret Voltaire. ¿Se ha publicado algo en Francia? Creo que Hülsenbeck se tomó a mal que no haya participado en la antología. Lo que pasa es que no puedo. Estoy tan complicado de plata que no puedo darme el lujo de publicar.


Me pregunta sobre Ascona. Es un lugar sin ningún tipo de confort, donde no hay nada que se pueda alquilar por el momento. Un montón de rubios, hijos de la naturaleza, que pasean en sandalias y túnicas romanas. No hay espectáculos, no hay libros, no hay diarios. Solo buen clima.


Si es posible, queremos irnos en invierno a Ginebra. La verdad es que no puedo recomendarle que venga. Se decepcionaría. ¿Quizá nos veamos en Ginebra?


Salude cálidamente de nuestra parte al señor Janco. Hoy o mañana le envío las copias del Maskentanz.


Saludos cordiales


Suyo, Hugo Ball



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