La noche está en la ocuridad. Y un resplandor de nubes
se rasga ante la puesta de luna.
Y mil ventanas se extienden por la noche
y parpadean, rojas y pequeñas.
Calles como venas atraviesan la ciudad,
una marea de personas va y viene,
y el tono abúlico de un ahogada existencia
se cuela monótono en el gris del silencio.
Nacimiento, muerte, uniformidad intrincada,
balbuceo infantil, largo grito de muerte,
todo, en ciego intercambio, pasa indolente.
Y luz y fuego, antorchas rojas y ardor,
amenazan a la distancia puño en alto,
y brillan arriba de muerta cerrazón.
Umabra vitae. Buchwald editorial, 2019