László Moholy-Nagy: La meta no es el objeto, sino el ser humano
- Buchwald
- 15 jun
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El ser humano creativo de hoy sabe que sus valores vitales están siendo destruidos por la presión externa (ganar dinero, competitividad, mentalidad comercial). Sufre por la explotación meramente material de su vitalidad, por la superficialización de sus instintos, por la nivelación de sus tensiones biológicas.
Aun así y aunque el estado actual de la sociedad sea un recipiente completamente inadecuado para la acción equilibrada del ser humano, en la vida privada de algunas personas, ya emergen conceptos funcionales más puros.
Los avances intelectuales en el arte, la literatura, el teatro y el cine, así como los diversos movimientos educativos y juveniles, han hecho aportes significativos. Lo mismo puede decirse de los entrenadores físicos y de respiración, así como de los médicos naturistas.
Estos intentos anuncian un mundo que ya empieza a manifestarse en ciertos ámbitos. Sin embargo, ninguna de sus partes (en desarrollo) debe entenderse de manera aislada. La conexión entre los elementos individuales (ciencia, arte, economía, técnica, pedagogía), su entrecruzamiento, debe ser siempre puesta en evidencia.
la meta no es el objeto, sino el ser humano
Desde esta postura fundamental, se llegará a la conclusión de que todo plan de vida debe comenzar con una confrontación del ser humano consigo mismo. No debe colocarse en primer plano una profesión, un objeto a producir, sino, antes que nada, deben reconocerse las funciones orgánicas del ser humano. A partir de su disposición funcional, se podrá pasar a la acción, a una vida fundada desde dentro. Así se crea la base orgánica para una producción cuyo centro es la persona y no los intereses de lucro con un resultado mecánico.
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